Doctrina

NUESTRA FE

Y CREDO

Un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. EFESIOS 4:5,6

Declaración de Infabilidad de las Escrituras

LA DECLARACION DE CHICAGO SOBRE LA INFALIBILIDAD BÍBLICA (1978)

Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica (26-28 de octubre, 1978), firmada por 240 teólogos evangélicos y adoptada por The Evangelical Theological Society en el 2003 (el mayor grupo de eruditos protestantes a nivel mundial).

Artículos de FE

  • El Dios Trino
  • Jesucristo
  • El Espíritu Santo
  • Las Sagradas Escrituras
  • El pecado original o la depravación
  • La propiciación
  • El Libre albedrío
  • El arrepentimiento
  • Justificación Regeración Adopción
  • Santificación
  • La esperanza bienaventurada
  • Las ordenanzas de la Iglesia
  • La Sanidad Divina
  • La Iglesia cuerpo de Cristo
  • El día de reposo
  • Diezmos y ofrendas
  • El Matrimonio
  • Gobiernos del mundo
  • El atavío
  • Juegos de azar
  • El ocultísmo
  • Orientación sexual
  • Donación de órganos
  • Eutanasia
  • Aborto
  • Promiscuidad Sexual
  • Cremación
  • Incesto
  • Humanismo Secular

Postulados de Fe – En esto Creemos

1. EL DIOS TRINO

Creemos en un sólo Dios eternalmente existente e infinito, el Soberano del universo. Que Él sólo es Dios, Creador y Administrador, Santo en naturaleza, atributos y propósitos. Que Él, como Dios, es Trino en su ser esencial, revelado como Padre, Hijo, y Espíritu Santo.

2. JESUCRISTO

Creemos en Jesucristo, la Segunda Persona de la Divina Trinidad; que Él eternalmente es uno con el Padre; que se encarnó por la obra del Espíritu Santo y que nació de la Virgen María, de manera que dos naturalezas enteras y perfectas, es decir, la Deidad y la humanidad, fueron unidas en una Persona, verdadero Dios y verdadero hombre, el Dios- Hombre. Creemos que Jesucristo murió por nuestros pecados, y que verdaderamente se levantó de la muerte y tomó otra vez su cuerpo, junto con todo lo perteneciente a la perfección de la naturaleza humana, con lo cual Él ascendió al cielo desde donde intercede por nosotros.

3. ESPÍRITU SANTO

Creemos en el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Divina Trinidad, que está siempre presente y eficazmente activo en la Iglesia de Cristo y juntamente con ella, convenciendo al mundo del pecado, regenerando a los que se arrepienten y creen, santificando a los creyentes y guiando a toda verdad según Jesucristo.

4. LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Creemos en la inspiración plenaria de las Sagradas Escrituras por las cuales entendemos los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento, dados por inspiración divina, revelando infaliblemente la voluntad de Dios respecto a nosotros en todo lo necesario para nuestra salvación; de manera que ninguna cosa que no contengan ellos ha de imponerse como Artículo de Fe.

5. EL PECADO ORIGINAL O LA DEPRAVACIÓN

Creemos que el pecado original, o sea, la depravación, es aquella corrupción de la naturaleza de toda la prole de Adán, razón por la cual todo ser humano está muy apartado de la justicia original, o sea, del estado de pureza de nuestros primeros padres al tiempo de su creación; que es adverso a Dios, sin vida espiritual, e inclinado al mal y está de contínuo; y que ésta depravación continúa existiendo en la nueva vida del hombre hasta ser lavado por la sangre de nuestro Señor Jesucristo.

6. LA PROPICIACIÓN

Creemos que Jesucristo, por sus sufrimientos, al vertir su preciosa sangre y por su muerte meritoria en la cruz, gozó una propiciación plena; que ésta propiciación es la única base de la salvación, y que es suficiente para todo individuo de la raza de Adán. La propiciación es benignamente eficaz para la salvación de los irresponsables y para los niños en su inocencia, pero para los que llegan a la edad de responsabilidad, solamente es eficaz para su salvación cuando se arrepienten y creen.

7. EL LIBRE ALBEDRÍO

Creemos que la creación del hombre a la imagen de Dios, incluyó la capacidad de escoger entre el bien y el mal y, que por ello, fue hecho moralmente responsable; que por la caída de Adán llegó a ser depravado, de tal modo, que no puede por sus propias fuerzas naturales y obras tornarse y prepararse para la fe y para invocar a Dios. Pero la gracia de Dios por Jesucristo se concede gratuitamente a todos los hombres, capacitando a todos los que quieran tornarse del pecado a la justicia, a creer en Jesucristo para perdón y limpieza de pecado, y a seguir las buenas obras agradables y aceptas a su vista. Creemos que el hombre, aunque posea la experiencia de la regeneración y de la entera santificación, puede caer de la gracia y apartarse, a menos que se arrepienta de su pecado se perderá eternalmente y sin esperanza.

8. EL ARREPENTIMIENTO

Creemos que el arrepentimiento, que es un cambio sincero y completo de la mente respecto al pecado, con el reconocimiento de culpa personal y la separación voluntaria del pecado, se exige de todos los que por acción o propósito, han llegado a ser pecadores contra Dios. El Espíritu de Dios da a todos los que quieran arrepentirse, la ayuda benigna de la contricción de corazón y esperanza de misericordia, para que crean en el perdón y logren la vida espiritual.

9. LA JUSTIFICACIÓN, LA REGENERACIÓN, Y LA ADOPCIÓN

Creemos que la justificación es aquel acto benigno y judicial de Dios, por el cual Él concede pleno perdón de toda culpa, la remisión completa de la pena de los pecados cometidos, y la aceptación como justos de los que con fe reciben a Jesucristo como su Señor y Salvador.

10. SANTIFICACIÓN

Santificación es un acto de separación de aquello que es malo y de dedicación a Dios; (Rom. 12:1, 2; 1ra Tes. 5:23; Heb. 13:12). Las Sagradas Escrituras enseñan una santidad de vida sin la cual “nadie verá al Señor”; (Heb. 12:14). Por el poder del Espíritu Santo somos capacitados para obedecer al mandamiento de: “Sed santos, porque yo soy santo”; (1ra Ped. 1:15, 16). La santificación se realiza (se efectúa) en el creyente por su reconocimiento e identificación con Cristo en su muerte y resurrección y por la confianza diaria en esa unión y por el ofrecimiento contínuo al dominio del Espíritu Santo de todas las facultades. (Rom. 6:1-11, 13; 8:1, 2, 13; Gal. 2:20; Fil. 2:12, 13

11. LA ESPERANZA BIENAVENTURADA

La resurrección de aquellos que duermen en Cristo y su traslado juntamente con aquellos que vivimos y quedamos hasta la venida del Señor, es la eminente y bendita esperanza de la Iglesia, (1ra Cor. 15:51, 52). La Segunda Venida de Cristo incluye el rapto de los santos, lo cual constituye la bendita esperanza del creyente, seguido por el visible retorno de Cristo con sus santos para reinar en la tierra por mil años. (Zac. 14:5; Mat. 24:25, 30; Rev. 1:7; 19:11, 14; 20:1- ). El reino milenial traerá la salvación de Israel como nación (Eze. 37:21, 22; Sof. 3:19, 20; Rom. 11:26, 27) y el establecimiento de paz universal (Isa. 11:6-9; Sal. 72:3-8; Miq. 4:3, 4). Habrá un juicio final en el cual todos los inicuos muertos se levantarán y serán juzgados según sus obras; y el que no es hallado escrito en el Libro de la Vida, junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta, serán consignados a eterno castigo en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Mat. 25:46; Mar. 9:43-48; Rev. 19:20; 20:11, 15; 21:8). Nosotros, de acuerdo a sus promesas, esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia (2nda Ped. 3:13; Rev. 21:22).

12. LAS ORDENANZAS DE LA IGLESIA

  • EL BAUTISMO EN AGUA: La ordenanza del bautismo por inmersión se ordena en las Escrituras. Todos los que se arrepienten y creen en Cristo como Salvador y Señor tienen que ser bautizados. El bautismo Bíblico por inmersión es hecho en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo y es el testimonio del nuevo nacimiento en la Fe de nuestro Señor Jesucristo. De esta manera se da un testimonio al mundo de que ha muerto con Cristo y que juntamente con Él se ha levantado a novedad de vida (Mat. 28:19; Mar. 16:16; Hch. 10:47, 48; Rom. 6:4).
  • LA CENA DEL SEÑOR: La Cena del Señor, consistiendo en los elementos: pan y el fruto de la vid, es la expresión simbólica que denota nuestra participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo (2da Ped. 1:4); y una profecía de su Segunda Venida (1ra Cor. 11:26); Es una ordenanza para todos los creyentes, “hasta que venga”. Siendo que el Bautismo es el testimonio del nuevo nacimiento y la Cena del Señor testimonio del desarrollo de la vida cristiana, sólo podrán participar de ella todos los creyentes bautizados por inmersión.

13. LA SANIDAD DIVINA

Creemos en la Doctrina Bíblica de la Sanidad Divina y amonestamos a nuestro pueblo a que se esfuerce en ofrecer la oración de fe para la sanidad de los enfermos. La sanidad divina es una parte integrante del evangelio, la liberación de toda enfermedad ha sido provista para nosotros por el sacrificio expiatorio de Cristo (Isa. 53:4; Mat. 16:16, 17; Stg. 5:14 –16). Los médicos y agencias providenciales no han de ser rehusados cuando sean necesarios.

14 LA IGLESIA

  • La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, la morada de Dios a través del Espíritu, divinamente señalada para el cumplimiento de su Gran Comisión. Cada creyente, nacido del Espíritu, es parte integrante de la Asamblea General o Iglesia de los Primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo (Efe.1:22, 23; ;2:22;23). El propósito de Dios concerniente al hombre es de buscar y salvar lo que se había perdido, ser adorado por el hombre y de edificar un cuerpo de creyentes a la imagen de su Hijo, razón primordial de la existencia. El MINISTERIO EL SHADDAI, INC. (El Shaddai Ministry, Inc. ), como parte de la Iglesia ha:

     

    1. De ser un cuerpo corporal en el cual el hombre pueda adorar a Dios (1ra Cor. 12:13).
    2. De ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hch. 1:8; Mat. 15:16).
    3. De ser un canal por el cual el propósito de Dios es edificar un cuerpo de santos perfeccionados a la imagen de su Hijo se efectúe (Efe.4:11-16; 1ra Cor. 12:28; 14:12)

     

  • MINISTERIO EL SHADDAI. (El Shaddai Ministry, Inc.) existe expresamente para dar contínuo énfasis a esta razón por su existencia, en la forma apostólica neotestamentaria, enseñando y estimulando a los creyentes a ser bautizados en el Espíritu Santo. Esta experiencia:

     

    1. Los capacita para evangelizar en el Poder del Espíritu Santo acompañándoles las señales sobrenaturales (Mar. 16:15, 20; Hch. 4:29-31; 2:3, 4).
    2. Añade una dimensión necesaria a la adorable relación con Dios (1ra Cor. 2:10-16; 12:13, 14).
    3. Los capacita a responder a la obra total del Espíritu Santo, expresando el fruto, dones y ministerios, como en los tiempos neotestamentarios, para la edificación del cuerpo de Cristo (Gal. 5:22-26; 1ra Cor. 14:12; Efe. 4:11, 12; 1ra Cor. 12:28; Col. 1:29).

 

1. EL DIOS TRINO

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